En 2020 un estudio de la OIT y el BID ya señalaba que una transición justa en América Latina y el Caribe se podría traducir en la creación de 15 millones de empleos verdes. A propósito del Día de la Tierra, dos estudios realizados por la OIT en Colombia revelan su potencial para revertir la pérdida de empleos provocada por la pandemia y hacer frente al cambio climático.
Al enorme desafío de recuperarse de los efectos que trajo consigo la crisis generada por la COVID 19 se suma el logro de una meta que la comunidad internacional y los expertos han calificado como inaplazable: frenar el calentamiento global y con ello los efectos devastadores del cambio climático.
Un objetivo que quedó plasmado en el Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global en 1,5 °C- para finales de siglo. En respuesta a este desafío son diversas las políticas que están siendo adoptadas por el Gobierno Colombiano y que quedaron establecidas en la política de reactivación (CONPES 4023) bajo el compromiso con el crecimiento limpio y sostenible que establece líneas de acción para impulsar la transición energética, desarrollar la bioeconomía y los negocios verdes, impulsar la economía circular y el desarrollo productivo sostenible en la ruralidad.
Una política que se suma a los esfuerzos que se vienen promoviendo en Colombia con medidas como la Estrategia Nacional de Economía Circular - ENEC que establece entre sus objetivos aumentar la tasa de reciclaje de 9,6 % (2015) a 17,9 % para el año 2030 o la meta histórica propuesta por el Gobierno Nacional en la Contribución Nacionalmente Determinada del país (NDC por sus siglas en inglés) que apunta a una reducción del 51 % de los gases de efecto invernadero también para 2030.
Analizando la fuerza de empleo que se requeriría para el logro de algunas de estas metas, especialmente en materia de economía circular, la OIT estima que podrían crearse más de 15.000 empleos en los próximos años, enfocándose en un mayor aprovechamiento de los residuos, incluyendo residuos sólidos urbanos, residuos provenientes de aparatos eléctricos y electrónicos y aquellos provenientes de llantas usadas y de la construcción y demolición.
De la misma manera, para el sector de energía renovable a partir de biomasa, el cumplimiento de las metas establecidas en los proyectos de aprovechamiento de residuos podría contribuir en la generación de más de 3.700 empleos adicionales.
En el sector de gestión de aguas residuales, la construcción de nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) o la ampliación de las existentes podría dar lugar a la creación de varios miles de empleos para las fases de construcción, mantenimiento y operación de la infraestructura que es requerida. Estas proyecciones corresponden sólo a algunos sectores.
La OIT estima que el número total de ocupaciones que podrían crearse con la economía circular es mucho mayor. “En el día de la Tierra hacemos un llamado a identificar en la agenda de empleos verdes y transición justa, una oportunidad para que la crisis ocasionada por la Covid 19 nos permita avanzar de manera más rápida frente a los desafíos que el planeta demanda e impulsar el trabajo decente” aseguró Ana Belén Sánchez, especialista de empleo verde de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe.
Compartir los recursos entre empresas: otra fuente sostenible de empleo Así como la OIT analizó el potencial de generación de empleos verdes en Colombia en los sectores energético, hídrico y de aprovechamiento de residuos, en otro estudio2 analizan este factor en el país en una de las estrategias emblemáticas de la economía circular: la simbiosis industrial. Si la economía circular busca que los materiales, los productos y sus componentes puedan ser reintegrados y reaprovechados en las cadenas de valor; la simbiosis industrial, específicamente, promueve el intercambio de materiales, energía, agua y subproductos entre empresas normalmente cercanas, motivando la colaboración.
Por ejemplo, los desperdicios y materiales desechados por una empresa pueden ser la materia prima de otra.
Es así como por medio del análisis de tres estudios de caso en Colombia, el informe señala el potencial de generación de nuevos empleos derivadas de las redes de simbiosis industrial, particularmente importantes para las pequeñas empresas (30 % del total de sus empleados), que además emplean mano de obra no especializada y amplían, con ello, la posibilidad de vincular a las poblaciones más vulnerables bajo condiciones justas de trabajo, un factor esencial, hoy más que nunca, frente a la recuperación del mercado laboral del país.
Lo anterior sin contar las oportunidades que estas redes brindan en la formalización y crecimiento de las pymes (entre las más golpeadas por la pandemia) al trabajar en colaboración con las grandes empresas.
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