El mercado mundial del EPS fue valorado en $ 15,3 mil millones de dólares en el 2018 y se proyecta que alcance los $ 22,8 mil millones en 2026.
En su misión por conectar a todos los actores de la cadena de reciclaje y fomentar una cultura de reciclaje en los colombianos, la directora ejecutiva de la fundación Recicla,Pues! Juliana Rincón, inició un ciclo de información alrededor del ICOPOR, como un material que debemos reciclar para evitar la contaminación de nuestros ecosistemas.
El Icopor, cuyo nombre técnico es poliestireno expandido (EPS, por sus siglas en inglés), es procesado de tal forma que se expande, como las palomitas de maíz, obteniendo un volumen donde el 98% es aire. Este volumen es el que interfiere en su reciclaje pues al ocupar mucho espacio y ser muy liviano no resulta rentable para los recicladores a quiénes se les paga por el peso recolectado; además, trasportarlo y almacenarlo requiere grandes espacios, lo que reduce el interés de reciclarlo.
No obstante estas circunstancias, el EPS es un material 100% reciclable, con la ventaja de que su producción requiere mucha menos energía y agua que otros materiales como el cartón y el vidrio. Además, tiene una baja huella de carbono y es uno de los más costo-eficientes del mercado. No obstante, en Colombia se reciclan tan solo 200 toneladas anuales.
Según la Asociación Colombiana de Industrias Plásticas (Acoplásticos), en el país se producen anualmente cerca de 29.000 toneladas de ICOPOR. Esta cifra se refiere específicamente al Icopor destinado a la elaboración de empaques y envases, incluidas las famosas neveras de Icopor.
Ya empezamos a notar conciencia sobre la importancia del reciclaje, por ejemplo, con las botellas de PET, que están hechas del material líder para reciclar y contribuir con las buenas prácticas ambientales, dijo Rincón, empeñada en ampliar el mensaje de la importancia de que los materiales reciclables vuelvan a entrar en la cadena. “Con el EPS también es necesaria la conexión entre los diferentes actores de la cadena para asegurar el cierre de ciclo de este tipo de material”, reiteró .
Hay tres tipos de reciclaje del Icopor: el químico, en el que se diluye para dar paso a productos como resinas e impermeabilizantes; el energético para transformarlo en gas carbónico y vapor de agua; el mecánico, a través del cual se convierte en poliestireno para fabricar productos como suelas de zapatos, cornisas, marcos, juguetes y útiles escolares, entre otros.
De acuerdo con Sergio Díaz, gerente de Mercadeo Ajover Darnel, organización líder en soluciones de empaque 100% reciclables, aunque el mercado para el icopor reciclado aún es incipiente, este tiene un enorme potencial para la generación de empleo, riqueza y bienestar para quienes se dedican al reciclaje. Asegura que los mayores retos están en mejorar la logística de adecuación y recolección del material posconsumo y que es necesario promover el reciclaje del material, no solamente desde un punto de vista de mercado, sino también a través de políticas públicas que lo incentiven y lo viabilicen para todos los actores de la cadena, lo que permitirá aprovechar su potencial.
El mercado mundial del EPS fue valorado en $ 15,3 mil millones de dólares en el 2018 y se proyecta que alcance los $ 22,8 mil millones en 2026, creciendo a una tasa compuesta anual de 5,1% de 2019 a 2026. Ciertamente es un mercado prometedor, ya que es fuertemente influenciado por diversas aplicaciones, según datos de Allied market research.
Para que el Icopor recogido por los recicladores pueda ser procesado es necesario que esté limpio. Allí el gran reto.
Países que reciclan el Icopor
Dinamarca, donde se logra reciclar el 80% del Icopor utilizado decidió reciclarlo de manera costo-efectiva. Para lograrlo se han propuesto varias alternativas, una de las más ingeniosas es compactarlo en sitio para aumentar su densidad, de esa forma será mucho más atractivo para los recicladores llevarse este material.
La empresa canadiense Styrogo presta este servicio en camiones con extrusoras móviles que compactan el material en pequeños ladrillos que luego son llevados a centrales de reciclaje mecánico.
Un ejemplo latinoamericano de una solución a este desafío lo ilustra la compañía mexicana Rennueva, quienes prestan el servicio completo de manejo de residuos de EPS a empresas de diversas industrias.
Rennueva separa los residuos, los lava y recicla mecánicamente para obtener pellets de calidad que pueden ser utilizados para producir mobiliario y portarretratos.
En conclusión, el Icopor es reciclable y debemos incrementar este proceso, más aún cuando por mal uso y disposición, este material termina en rellenos sanitarios o en fuentes hídricas, pues al tener propiedades contra la humedad, se degrada aún más lento que otros plásticos.
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