Fedesarrollo destaca del programa su efectividad, respalda su inclusión en el CONPES de Reactivación y aconseja escalarlo para llegar a más empresas.
Fábricas de Productividad se convirtió, en poco tiempo, en un modelo de atención empresarial referente en América Latina, gracias a su alcance y a su efectiva articulación entre entidades del orden nacional y regional, así como entre empresas y extensionistas.
Esta es una de las conclusiones que se desprenden de la evaluación institucional al programa realizada por Fedesarrollo, cuyos resultados se presentaron este viernes.
Fábricas de Productividad es una de las principales apuestas del Gobierno Nacional para mejorar la productividad del tejido empresarial colombiano. Liderado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y Colombia Productiva, en alianza con las cámaras de comercio, y el apoyo del SENA, MinVivienda, Ministerio TIC y Bancóldex, es una de las 20 metas transformacionales del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 y recientemente fue incluido en el CONPES de Reactivación, que busca acelerar la recuperación de las empresas del país tras la pandemia.
A la fecha, Fábricas de Productividad ha atendido a más de 2.650 empresas y para 2021 la meta es atender a 1.325 más, mejorando sus indicadores en al menos 8%. Esta capacidad de atención al año es superior a otros países como Chile o Marruecos.
“Ese aval de Fedesarrollo al programa Fábricas de Productividad es un reconocimiento a un esfuerzo colectivo que nos ha permitido llegar al corazón de las compañías a lo largo y ancho del país. La actual coyuntura, nos ha llevado a redoblar esfuerzos para trabajar de la mano con las cámaras de comercio y los empresarios en procesos, habilidades gerenciales, acceso a mercados y en general en todos los factores internos que son fundamentales para el dinamismo del sector productivo”, aseguró el ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo. “Ahora, más que nunca, la meta es avanzar en una productividad empresarial que permita retomar la senda del crecimiento económico del país”, recalcó el funcionario.
Camilo Fernández de Soto, presidente de Colombia Productiva, señaló que “las conclusiones del estudio son un espaldarazo al programa, pero también nos plantea el desafío de escalarlo. Tenemos el reto de que Fábricas de Productividad crezca de acuerdo con las necesidades de las empresas colombianas y cumpla con el mandato del CONPES de Reactivación para recuperar lo perdido durante esta pandemia y lograr la meta de atender 5.000 empresas por año a 2026”.
Estas cifras, según Fedesarrollo, son muestra del éxito del programa. Respecto al esquema de intervención, el estudio resalta que Fábricas de Productividad muestra resultados en un nivel muy alto, con un promedio de incremento del 32,8% en los indicadores asociados a productividad para las 1.035 intervenciones estudiadas, casi cinco veces por encima de las metas establecidas.
“Con este programa el Gobierno recoge esfuerzos anteriores y los potencializa con Fábricas de Productividad. Muestra resultados extraordinarios y muy importantes: apunta a mejorar la calidad de la gerencia, que es esencial para cerrar brechas en el uso de tecnología y en la capacidad de aumentar la productividad. Este programa ataca directamente al corazón de los problemas de productividad”, afirmó Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo durante la presentación del estudio.
Comparado con países con economías similares en América Latina, Fábricas de Productividad es el programa que ha alcanzado el mayor número de atenciones anuales, por ejemplo, duplicando el alcance del programa de CORFO en Chile, que atiende, en promedio, 667 empresas cada año.
En cuanto a recursos invertidos, Fábricas de Productividad tiene la ventaja de hacer más con menos: aunque Colombia invierte menos recursos que Chile (USD4 millones y USD5 millones anuales, respectivamente), tiene mayor alcance.
Algunos resultados
El estudio de Fedesarrollo analizó el impacto de Fábricas de Productividad en 1.035 empresas, en su mayoría pequeñas y medianas. Las empresas recibieron intervención en alguna de las nueve líneas de servicios que ofrece el programa: productividad operacional, productividad laboral, gestión comercial, transformación digital, desarrollo y sofisticación de productos o servicios, gestión de calidad, logística, sostenibilidad ambiental y eficiencia energética.
- Fábricas de Productividad ha superado más de cuatro veces las metas establecidas. El programa exigía como mínimo un crecimiento del 8% en la empresa, y en promedio el indicador está en un 32,8% de mejora en las compañías.
- Se encontraron indicadores de altísimo desempeño en las empresas. Por ejemplo, en la línea de productividad laboral los indicadores aumentaron en promedio en un 99%. Las intervenciones en productividad laboral duplicaron los valores de valor por empleado o de piezas por empleado, o de ventas por empleado.
- En eficiencia energética se lograron aumentos del 26% en la cantidad de energía ahorrada en las empresas que escogieron esta línea.
- En productividad operacional se lograron reducciones en 30% en los tiempos de ciclo productivo o en los tiempos muertos en las empresas.
- Las intervenciones en Eficiencia Energética lograron aumentos del 26% en la cantidad de energía ahorrada
Llevar la asistencia empresarial a las regiones, la clave de Fábricas de Productividad
El modelo de extensionismo tecnológico, que consiste en llevar la asistencia técnica al interior de las empresas mediante la realización de un diagnóstico a partir del cual se genera un plan de mejora para elevar su productividad, es uno de los factores de éxito de Fábricas de Productividad, según Fedesarrollo.
La evaluación destaca que, para ello, el programa ha logrado consolidar una base sólida con una red de expertos extensionistas amplia y bien capacitada en prácticamente todos los departamentos del país, apoyada por las cámaras de comercio de las regiones, lo que les ha dado un alcance alto frente a referentes internacionales.
De hecho, señala que, con las cámaras de comercio, que se han convertido en aliadas fundamentales en la implementación del programa, se han creado mecanismos que permiten adecuar el programa al contexto de las empresas de cada región, incrementando así sus buenos resultados.
El reto: fortalecer y escalar el programa para llegar a más empresas
La evaluación de Fedesarrollo también plantea una serie de recomendaciones para mejorar el alcance del programa. Hacia el futuro, señala la Fundación, la consistencia del programa dependerá de la manera en que se le asignen recursos de financiación y se pueda lograr una estructura financiera sostenible.
Para esto, destaca, es un avance importante que se haya incluido una disposición de política pública para Fábricas de Productividad en el CONPES 4023 de Política de Reactivación, en el cual se menciona que el programa se comenzará a escalar en 2021 y que irá, al menos, hasta 2026.
Este paso puede complementarse, según Fedesarrollo, con una acción más profunda, en la que se busque garantizar la disponibilidad de recursos del Presupuesto General de la Nación más allá del mencionado año.
Entre las recomendaciones también se señala que se debe continuar en el trabajo para seguir elevando las capacidades y el conocimiento de los extensionistas (expertos en productividad) que llevan la asistencia a las empresas. Esto implica enfocar esfuerzos en mejorar aún más la calidad de las intervenciones, haciendo más rigurosos los estándares de servicio y los perfiles de los extensionistas para que cumplan los mejores estándares internacionales.
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