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Foto del escritorAlfonso Aya

Los retos de la construcción en Colombia para 2022

La situación originada por la crisis internacional , el alto costo de los insumos y la baja capacidad de ahorro de los colombianos son factores para desarrollar una extrategia más exigente y crecer a ritmos prepandemia.

2022 resulta ser un año clave para definir el rumbo de las actividades inmobiliarias y por ende del crecimiento de la construcción en el país. Sin embargo, la tarea no es fácil, advierte la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF.


El centro de análisis económico señala que los incrementos en los costos de los insumos siderúrgicos, hierro y acero, el incremento de la inflación en el país y los ajustes en las tasas de interés hacen que el desarrollo de la estrategia sea más exigente.


El principal mecanismo de liquidación de inventarios, la moderación del crecimiento de los precios de los inmuebles hacia tasas nulas o negativas se ve obstaculizado por el incremento en los costos de construcción.


A eso se le suma el desincentivo que el consumo de los hogares enfrenta con el alza generalizada de precios y las mayores tasas de interés que se observarán en el sector en los próximos años conforme se transfiera las decisiones de política monetaria al sector.


Lejos de la consolidación

Pese a las mejoras registradas en los resultados de 2021, el componente y por ende el sector se encuentran aún lejos de consolidar su recuperación y un crecimiento real de la actividad.


Eso se hace evidente cuando se comparan los resultados de los indicadores de oferta, como el PIB constructor (-22.6% comparación bienal), con aquellos registrados en el periodo pre-pandemia.


Lo anterior se deriva de los problemas estructurales que se observan en la actividad inmobiliaria desde hace algunos años, en la que la sobreoferta junto con los niveles elevados de precios ha generado una acumulación significativa de inventario.


En ese sentido, el componente en 2022 y 2023 continuará siendo jalonado por los subsidios que fueron entregados en 2021 y aquellos que se terminen de entregar a lo largo del año conforme finalicen los programas de gobierno vigentes.


Sin embargo, los actores de la actividad edificadora se enfrentan al reto de desarrollar una estrategia integral que le permita al componente, por sí solo, resolver los problemas de base para retornar a los niveles prepandemia y encaminar la producción hacia un crecimiento sostenible.


Eso se hace aún más relevante si se tiene en cuenta que la posibilidad de estructurar un programa de vivienda de la magnitud del observado en el marco de la coyuntura de la pandemia se ha reducido. Eso en tanto el presupuesto del sector y la capacidad de gasto del país no cuentan con los flujos necesarios para soportar un nuevo estímulo de tales características.



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