El secretario general del Sindicato Mexicano de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (STC), Homero Zavala, dijo que algunas de las líneas de metro son "bombas de tiempo", en relación a la formación de la Línea 12 siniestrada en la víspera en el suroeste de la capital, que ocasionó al menos 24 muertes.
"Hasta cuándo los trabajadores no vamos a ser escuchados: lo hemos dicho una y mil veces: ¡El Metro es una bomba de tiempo! Hoy lo vemos nuevamente, cuántos muertos se necesitan para que nos demos cuenta de lo que está pasando", dijo Zavala. El gremialista se refirió, en detalle, a la infortunada Línea 12, la B —usada para conectar el centro con el noreste—, la 5 —que corre de norte a este— y la 9 —que corre a lo largo de todo el sur de la ciudad— las cuáles también presentan fisuras en ballenas, como se llaman a las estructuras que sostienen las formaciones y cajones, o sistemas de túneles, por donde circulan los trenes. En el caso de la línea 9, por ejemplo, Zavala dijo que las formaciones deben reducir la velocidad de 70 kilómetros a 35 en el tramo elevado, dado que aumenta el riesgo de descarrilamiento por las vibraciones que se producen. Esa misma sensación han tenido los vecinos de la colonia Los Olivos, que viven a la sombra de "la dorada", el otro nombre que recibe la línea 12, desde el terremoto de 2017. Ellos y ellas también habían alertado a las autoridades que, como consecuencia del sismo, el metro circulaba en forma irregular en ese tramo de la avenida y sentían vibraciones.
"El Metro no es seguro", subrayó el trabajador del STC, quien además exigió la renuncia de la directora general del Sistema de Transporte Colectivo Metro, Florencia Serranía. Ese reclamo podría ser argumento de una potencial huelga, según señaló el líder sindical Jesús Urban en una conferencia de prensa celebrada al exterior de las oficinas centrales del Metro.
Incluso, la hicieron responsable de otros dos incidentes relevantes que se cobraron dos vidas.
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