La Universidad Central implementó una red de monitoreo de calidad del aire con sensores de bajo costo y tecnología IoT (internet de las cosas).
En una ciudad como Bogotá es imprescindible monitorear la calidad del aire, pues esta incide directamente en la salud de las personas. Sin embargo, las tecnologías que tradicionalmente son empleadas tienen elevados costos de implementación y operación que dificultan su masificación en el territorio.
Nuevas herramientas tecnológicas que modifican este paradigma ambiental (implementadas en Europa, Estados Unidos, Japón, China, entre otros) hasta ahora están tomando fuerza en Colombia.
Por eso, desde el proyecto de investigación “Estudio de la Exposición real de la población a la contaminación urbana” apoyado por el Clúster NBIC y la Facultad de Ingeniería y Ciencias Básicas; y bajo el liderazgo de Óscar Arnulfo Fajardo, doctor en Ciencias e Ingeniería Ambiental de la Universidad de Tsinghua, China, y profesor del programa de Ingeniería Ambiental de la Universidad Central; se implementó una red de monitoreo de calidad del aire en la Institución.
Esta red emplea sensores de bajo costo y cuenta con tecnología IoT (internet de las cosas) para tener una transmisión de datos continua; de esta forma se hace seguimiento de variables ambientales como concentración de material particulado, humedad o temperatura.
Los sensores de material particulado que están en la U. Central se importaron desde China, sin embargo, la estructura alrededor de los mismos fue desarrollada en la Universidad con el apoyo de su Unidad de Diseño, Innovación e Integración de Tecnología (DIT), adscrita a la Dirección de Investigación y Transferencia de Conocimiento. En esto participaron los profesores Javier Casas y Felipe Vallejo, coinvestigadores del proyecto.
De esta forma, la DIT se enfocó en la adaptación de los equipos a las condiciones locales, la configuración de software, la adecuación de las tarjetas de red y procesamiento, y los ajustes al servidor que recibe los datos.
La meta es que tanto los centralistas como los ciudadanos interesados en estas temáticas, tengan la posibilidad de conocer de forma oportuna la calidad del aire que respiran en la zona centro de la ciudad. A futuro, este conocimiento adquirido también permitiría realizar seguimientos de otras problemáticas ambientales en aguas o suelos.
A la fecha ya se han realizado las primeras pruebas y la plataforma se encuentra en línea obteniendo datos.
¿Qué beneficios tiene esta implementación para los estudiantes?
Los estudiantes de Ingeniería Ambiental tienen acceso a estas tecnologías a través de algunas clases, tales como Gestión Integral de Calidad del Aire, en las que conocen y aprenden sobre las nuevas opciones que se abren con las plataformas de monitoreo.
Estas redes son un avance necesario en la gestión ambiental, por eso, también se creó una nueva electiva de profundización dedicada específicamente a los sensores de bajo costo, su análisis, estructura, implementación y casos de estudio.
¿Qué se espera a corto y mediano plazo con la red de monitoreo de calidad del aire?
Compartir cursos interdisciplinarios para generar conciencia ambiental y empoderar a la ciudadanía sobre la calidad del aire.
Establecer cómo construir y desarrollar este tipo de redes, no solo con el seguimiento al material particulado sino también con la implementación de sensores de gases.
Expandir el número de monitores por toda la zona céntrica de la ciudad; hasta el momento se cuenta con cinco de estos.
Realizar alianzas con la Secretaría Distrital de Ambiente; y valoraciones de calidad del aire para municipios y ciudades pequeñas.
Este proyecto responde a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cuyo objetivo número once pretende lograr ciudades más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. Además, aporta bases técnicas para la implementación de una red complementaria a base de sensores de bajo costo proyectada para 2022 en el distrito capital.
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