El complejo carbonífero de El Cerrejón redujo sus operaciones en la Mina y Puerto Bolívar ante la nube de polvo del Sahara, la cual viaja por el océano Atlántico hasta Suramérica afectando la calidad del aire en la región Caribe, particularmente en La Guajira.
Esta nube, que tiene un espesor de entre 3 y 5 kilómetros, recorre cada año más de 5.000 kilómetros para llegar a esta región. Según el Instituto de Estudios de Ecosistemas Tropical de la Universidad de Puerto Rico, en esta ocasión tiene las concentraciones más altas de polvo registradas en los últimos 50 años y ha alcanzado Sudamérica, Centroamérica y parte de Estados Unidos.
“En Cerrejón contamos con un sólido sistema de gestión que combina las mejores prácticas para el control de emisiones, monitoreo y modelación, con pronósticos horarios y el análisis continuo de datos que nos permiten tomar decisiones de forma oportuna. En este caso, decidimos parar algunas actividades”, afirmó Luis Madriñán, gerente de Gestión Ambiental de Cerrejón.
Este sistema le permite a la empresa hacer un seguimiento continuo a la calidad del aire, evaluar tendencias en los resultados y adoptar las medidas inmediatas requeridas para el control del polvo. Entre las diferentes acciones se riegan las vías, se utilizan aspersores de bajo flujo y se humectan y nivelan los vagones del tren, entre otros. En todos los casos, se hace con agua de minería, no apta para consumo humano, animal ni agrícola.
La ejecución de este tipo de controles en sus operaciones, así como la implementación de tecnología de punta en sus procesos ambientales, son una muestra del compromiso limpio que tiene Cerrejón con la calidad del aire de sus comunidades vecinas, así como de su rigurosidad en la implementación de los más altos estándares operacionales, ambientales y sociales.
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