La ciudad de Río de Janeiro mantendrá cerradas sus playas en los próximos días para evitar la propagación del coronavirus, según anunció el ayuntamiento a través de un decreto.
Según el texto, queda prohibido tanto bañarse en el mar como permanecer en la arena, y tampoco podrán trabajar los vendedores ambulantes.
En rueda de prensa, el alcalde de Río, Eduardo Paes, admitió que la playa, por ser un ambiente al aire libre, no es un lugar especialmente peligroso, pero añadió que la idea es lanzar un mensaje de que "no se puede hacer vida normal".
"En este momento necesitamos la ayuda de la población; hago un llamamiento para que, en el medida de lo posible, se queden en casa, la situación es grave", subrayó.
El 22 de marzo el alcalde se reunirá con el comité científico que le asesora sobre las medidas para frenar el avance del nuevo coronavirus, y es probable que se endurezcan las restricciones.
Entre las nuevas medidas que se barajan está adelantar varios días festivos para paralizar la actividad económica, pero el alcalde quiere consensuarlo con otras ciudades del área metropolitana para que sea más efectivo.
En estos momentos, en Río de Janeiro, las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales están al 91% de su capacidad, y si no baja el número de internados con COVID-19 en los próximos días el sistema hospitalario podría colapsar.
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