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Foto del escritorAlfonso Aya

Colombianos no creen en la cifras que sobre el COVID-19 entrega el Gobierno

Encuesta del Observatorio Pulso del Consumidor de SINNETIC, con el apoyo de la Universidad del Rosario, revela que, durante el segundo trimestre del año, solo el 19% de los  entrevistados confía en las  cifras oficiales de evolución de la pandemia.



 


Los colombianos tienen una baja confianza frente a las cifras oficiales de infectados y fallecidos, al tiempo que perciben difíciles de adoptar ciertas medidas para evitar el contagio por COVID19, como las salidas a eventos, la imposibilidad para viajar, comer en la calle, el uso del tapabocas y salir de fiesta. 


Así lo indica  una encuesta del Observatorio Pulso del Consumidor de SINNETIC, con el apoyo de la Universidad del Rosario. 


La firma consultora en analítica de datos e investigación entrevistó mensualmente, en el segundo trimestre del año, cerca de 680 personas de las principales ciudades del país. El 62% manifestó no confiar en las cifras oficiales de evolución de la pandemia, mientras que el 19% 

indicó sí creer en las mismas. 


Según la encuesta, los argumentos para justificar la baja confianza en las cifras oficiales se pueden dividir en dos grupos: aquellos de corte político (68%) y los relacionados con la eficiencia del proceso y del sistema de salud en general (38%). 


Desde el punto de vista político, quienes desconfían de las cifras tienden a pensar que están infladas y los principales argumentos son: el 64% de los encuestados considera que los datos están inflados por el afán de algunos por robar plata; el 55% piensa que quieren sembrar miedo en las personas y el 42% indica que quienes inflan las cifras están haciendo campaña política, dijo Gabriel Contreras CEO de SINNETIC. 


Desde la perspectiva de salud, quienes desconfían de las cifras piensan que están deflactadas fundamentalmente porque consideran que: los datos corresponden a días anteriores, las pruebas tienen problemas y están mal hechas, y la calidad de las pruebas es poco confiable, entre otros argumentos. 


Al respecto Carlos Trillos, epidemiólogo y profesor de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, dijo que es importante resaltar que las autoridades sanitarias nacionales y locales han hecho un gran esfuerzo por publicar oportunamente cifras epidemiológicas confiables y completas de seguimiento de la pandemia, con calidad. Si bien es cierto, las estadísticas pueden verse afectadas por procesos propios de recolección en campo, como los tiempos de reporte de resultados de las pruebas, estas cifras permiten tomar decisiones acertadas y mostrar la realidad del problema, lo cual ha destacado a Colombia. 


Advierte el epidemiólogo que los datos informados muestran que la dinámica de trasmisión del virus es creciente y, por eso, es importante la prevención. “Agosto será un mes crítico y fundamental, ya que según proyecciones epidemiológicas nacionales e internacionales como las del IHME (Institute for Health Metrics  and Evaluation), la curva de nuevos casos y fallecimientos se puede modificar de una 

manera importante  si se siguen todas las medidas preventivas, como el buen uso de tapabocas y el distanciamiento social entre otras, de lo contrario veremos un crecimiento complicado los siguiente meses”. 


Comportamientos difíciles de adoptar para evitar y prevenir el contagio 

A esta baja credibilidad frente las cifras oficiales, se une a otro fenómeno y es la  dificultad percibida para adoptar medidas que prevengan el contagio y favorezcan la salud, tales como comer en la calle, saludar de beso o estrechar la mano, viajar, ir con menor frecuencia a la tienda o supermercado, asistir a eventos o lugares culturales, uso del tapabocas y salir a bailar, tomar o comer. 


“Esto puede deberse a un fenómeno conocido como fatiga de precaución, que se da con confinamientos estrictos por periodos prolongados de tiempo, por lo que es necesario hacer campañas de refuerzo para que la prevención no se descuide”, explicó el epidemiólogo Carlos Trillos. 

  • Comer en la calle (41%). En abril, este era un hábito difícil de adoptar para el 29% de los entrevistados. Tras la apertura gradual de la economía, se observa que este hábito se torna difícil de adoptar para el 41% de los consultados con fecha a junio. 

  • Saludar de beso o estrechar la mano (39%). Se posiciona como el segundo hábito más difícil de adoptar para el 39% de los entrevistados. 

  • Restricciones de viajes nacionales (38%). En abril, bajo ausencia de puentes festivos, este comportamiento se percibía difícil de adoptar para el 21% de los entrevistados. Tras los puentes de mayo y junio, este hábito se percibe difícil para el 38% de los participantes. 

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