Mucho se dice sobre el auge inesperado del comercio electrónico y su potencial para reactivar, o mantener a flote, una parte de la economía colombiana durante la pandemia. ¿Qué tan grande ha sido el crecimiento de este tipo de transferencias en el último trimestre? ¿Cuáles son las oportunidades que el ecosistema digital les ofrece a grandes y pequeños empresarios? Esta es la historia detrás del boom del comercio digital en el país. La antigua normalidad no era tan digital como se pensaba Para entender qué tan bien le iba a Colombia en materia de comercio electrónico, es necesario comparar su desempeño con el de otros países. Una forma de hacerlo es usar el Índice de Comercio Electrónico, un instrumento de medición desarrollado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo para medir el nivel de preparación que tienen diferentes economías alrededor del mundo en temas de comercio electrónico. En 2019, el promedio de puntaje que recibieron los países pertenecientes a la OCDE (organización de la que Colombia es miembro) fue de 85,59. En contraste, Colombia recibió un puntaje de 60,5%: 20 puntos por debajo de la media. Otro dato de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE), puede arrojar más luces al respecto: mientras que en el mundo se calcula que un 24% de la población utiliza herramientas de comercio electrónico, hasta el año pasado, en Colombia, esta opción era utilizada por tan solo el 11% de la población del país. ¿Qué tipo de compras prevalecían entre las transacciones digitales? Según la CCCE estas compras estaban enfocadas en moda, tecnología y turismo. En palabras llanas, aunque el comercio electrónico venía creciendo en el país, este tipo de servicios no tenía un carácter esencial. Al menos no hasta que llegó la pandemia. La nueva normalidad es digital o no es Sin embargo, entre el 22 de marzo y el 23 de julio, las ventas digitales en el país han crecido, en promedio, un 7,84% semanal. Los sectores que demuestran mayor demanda entre esta nueva ola de compras en línea son comida, educación y medicamentos. Basados en esta data, se puede sugerir que las compras digitales no solo han crecido de una manera importante, sino que además empiezan a suplir la demanda en torno a productos y servicios esenciales para el colombiano como la comida, la salud y la formación. Comprar en línea ya no es un lujo que se puedan dar unos cuentos bien informados. Teniendo en cuenta esta información ¿Cuáles son las oportunidades que el crecimiento del comercio electrónico en el país abre para los empresarios? En palabras de María Fernanda Quiñones, presidente ejecutiva de la CCCE, existen al menos seis ventajas que Comercio Electrónico le ofrece a los emprendedores del país.
El comercio electrónico ofrece un modelo menos costoso de operación. Lo que redunda en una rentabilidad mayor para los empresarios.
Este modelo puede operarse desde cualquier lugar.
Además, el comercio electrónico permite llegar a nuevos clientes. Si antes, una empresa radicada en Boyacá estaba limitada a su zona geográfica, hoy puede llegar a muchos más lugares.
Este modelo no tiene restricciones de horario.
El comercio electrónico permite recopilar data y aprender de ella para ser más asertivos en la prestación de productos y servicios.
Una vez andando, se trata de un modelo que requiere menor dedicación que el tradicional.
Los retos Por supuesto, una nueva oportunidad no viene sin una serie de retos por superar. Según Iván Durán, asesor del Departamento Nacional de Planeación, las empresas que quieran abrirse campo en el mundo del comercio electrónico, deben enfrentarse a estos desafíos.
La adopción de tecnologías digitales esenciales para el desarrollo del comercio electrónico, entre las que se encuentra el desarrollo de páginas web, plataformas de pagos, presencia en redes sociales, entre otras.
La creación de habilidades para el desarrollo de un competitivo marketing digital.
Las mejoras en los procesos de logística y cadenas de suministro a través de la adopción de tecnologías digitales y el comercio electrónico.
El conocimiento de las responsabilidades, deberes y derechos que tienen los empresarios ante los consumidores como comerciantes electrónicos.
Para María Fernanda Quiñones, quienes deseen formarse en temas de comercio digital, debe capacitarse en frentes como formulación de planes de negocio para el mundo electrónico, creación de rutas de digitalización, formación e implementación en marketing digital, alcance de toda la cadena de valor y seguimiento de KPI’s entre otros. La verdadera oportunidad está afuera Uno de los hallazgos más importantes de la medición de Colombia en términos de comercio electrónico es que, en el país este fenómeno es local: su potencial en materia de comercio internacional no ha sido muy explotado aún. Cifras de la CCCE muestran que, en la actualidad, el 14% de las compras digitales se hace en comercios internacionales, mientras que el 85% se hace en empresas locales. Las ventas de las empresas locales, por su parte, registran ventas locales por un 98%. Apenas un 2% de dichas ventas se hacen a otros países. Es aquí donde entra la importancia de las Zonas Francas y su papel de vanguardia en materia de comercialización a nivel internacional. Aunque son muchos los retos, para Diego Francisco Vargas, Gerente General de Zona Franca de Bogotá, afirma que “Zona Franca de Bogotá y el Grupo ZFB, ya ha desarrollado tecnología de innovación que aplica al proceso aduanero y más recientemente inauguró los observatorios de comercio exterior y aduanas y de comercio electrónico a través de los cuales pretendemos estimular y diversificar la canasta exportadora de nuestros empresarios, para que aprovechen los canales electrónicos identificando oferta y demanda de productos con potencial internacional”. En conclusión, las cifras y las tendencias de aumento del comercio electrónico muestran un amplio y muy rápido crecimiento en lo local. A su vez, dichas cifras abren el camino para un futuro en el que las exportaciones puedan darle un nuevo aire a las industrias nacionales. Aquellos que aprovechen la coyuntura para crear empresas capaces de suplir bienes y servicios a nivel local e internacional serán protagonistas en el mundo económico de la post-pandemia.
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