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Foto del escritorAlfonso Aya

Control de Enfermedades No Transmisibles, el arma para evitar crecimiento de la pandemia

Muchas ENT son prevenibles hoy, es momento de actuar para incrementar su conocimiento en la región, mejorar su diagnóstico y fomentar el apego al tratamiento mediante un trabajo coordinado entre comunidad médica, iniciativa privada, gobierno y sociedad.


Más de 40% del total de muertes por Enfermedades No Transmisibles, ENT, en las Américas son causadas por las enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus , las cuales están fuertemente relacionadas con factores de riesgo como el sobrepeso y obesidad, aspectos en que “la región está por encima del doble del promedio mundial (24.6% vs 11.5% en promedio) y el envejecimiento, (de acuerdo con proyecciones, para el 2030 la población de la tercera edad aumentará; habrá 4.2 veces más personas de 60 a 79 años y 7.3 veces más de 80 años en adelante), lo que se traduce en un aumento de la carga económica y social que podría prevenirse con una mayor inversión en salud para la detección y acceso a tratamientos oportunos y adecuados".


Así lo consideró la médica, Ana Cristina Montenegro Arenas, Jefa de la Clínica de Medicina Interna Vascular y Anticoagulación, Hospital Universitario Fundación Santafé de Bogotá, Colombia quien dijo a MUNDO EJECUTIVO COLOMBIA que las personas deben buscar tener un estilo de visa sano pra evitar sufrir de estas patologías que que aunque silenciosas son causantes de muchas muertes en el país y la región.


Señaló como a causa de la pandemia se han mulriplicado los problemas que padecen muchos de los pacientes que sufren ENT, pues el miedo de asistir a los hospitales, clínicas consultorios a los controles o chequeos a los que se deben someter en forma refular para matener la enfermedad bajo control.


Dijo Montenegro que las zonas de consulta externa de las clínicas u hospitales o consultrorios de los médicos son áreas seguras, ya reiteró que las zonas donde hay enfermos de COVID-19 están totalmente aisladas.


Muchos de los tratamientos se suspendieron de forma unilateral por la falta de visita de los pacientes a los médicos, señaló la la doctora Montenegro, quien sostuvo que hay que comenzar a recuperar el tiempo perdido para poner las cosas de nuevo en orden y poder retomar los tratamientos abandonados a causa de la pandemia.


Montrenegro, quien participó en la Semana Mundial de Acción sobre las Enfermedades No Transmisibles (ENT), Upjohn, farmacéutica, indicó que las repercusiones de las ENT se reconocen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), donde una de las metas consiste en reducir en un tercio las muertes prematuras para el año 2030 .


Y, para lograrlo, se necesitará contar con un enfoque innovador basado en el valor de la salud considerando el escenario económico y social de cada país, y haciendo énfasis en iniciativas multisectoriales para la creación de campañas de promoción a la salud, fomentando la responsabilidad de las personas sobre su autocuidado y utilizando estrategias para generar más programas de educación médica continua , especialmente orientados a profesionales sanitarios de primer contacto, quienes han sido un eslabón clave en el diagnóstico y atención oportuna de las ENT y sus comorbilidades durante la pandemia.


La tormenta perfecta

Durante el evento se convocó a comunidad médica, líderes de opinión, organizaciones civiles y medios de comunicación de Latinoamérica a participar en la primera sesión de la serie de pláticas virtuales “SOS – Acciones contra las ENT (Enfermedades No Transmisibles)”.


En esta sesión, Las ENT y el COVID-19: la tormenta perfecta”, se exploró el estado actual de estas condiciones de salud en países emergentes como México, Colombia, Costa Rica, Brasil y Argentina, los nuevos retos que han surgido para su atención a partir de la reciente pandemia, así como las medidas urgentes para reorientar esfuerzos y reducir su impacto.


De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 53% de los países a nivel mundial han interrumpido parcial o totalmente el tratamiento de la hipertensión arterial, 49% de la diabetes, 42% del cáncer y 31% el de emergencias cardiovasculares, situación que es doblemente preocupante porque, de contagiarse por el virus de SARS-CoV-2, las personas con estas condiciones corren un mayor riesgo de presentar complicaciones por COVID-19 y fallecer1


Para el médico Gustavo A. Olaiz Fernández, Coordinador General Centro de Investigaciones en Políticas, Poblaciones y Salud (CIPPS) de la Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la respuesta global ha sido tratar el SARS-CoV-2 como una enfermedad vertical en lugar de abordar el ecosistema completo o su interacción con las ENT y la pobreza y, de no cambiar el enfoque actual, esto representará una amenaza futura para la salud y el bienestar de las personas.


“Estamos en un momento en el que es crucial abordar los impulsores subyacentes de la pandemia de las ENT que están alimentando la mortalidad por COVID-19; es decir, centrar las intervenciones en la reducción de riesgos para los más vulnerables”, dijo el especialista.

Sostuvo que es fundamental incidiren la prevención y control de las ENT, ya que incluso sin el impacto del COVID-19, 15 millones de personas fallecen anualmente de manera prematura entre los 30 y 69 años (85% en países de ingresos bajos y medios) 1 debido a padecimientos crónicos de larga duración.


“Morir prematuramente a causa de las ENT tiene un impacto trágico en las comunidades; desde la profunda carga emocional y financiera de las familias, hasta la pérdida de productividad para toda una nación. Los cálculos indican que las pérdidas económicas acumuladas ocasionadas por ello para los países de escasos recursos serán de más de $7 mil millones de dólares durante el periodo 2011-2025 (un promedio de casi $500 mil millones de dólares por año), lo que equivale a cerca de 4% de su Producto Interno Bruto (PIB) de 2010”, apuntó e hizo referencia al estudio “Enfermedades no transmisibles y COVID-19: una tormenta perfecta”, publicado recientemente en el BMJ Journals por Juan Pablo Gutiérrez, Profesor del CIPPS y las investigadoras Nina Schwalbe y Susanna Lehtimaki,

En él se expone que las medidas de distanciamiento social provocaron interrupciones en los servicios de salud que afectaron el acceso a medicamentos, diagnósticos y tratamientos, incluso para las ENT. “Con casi 500 millones de personas proyectadas para caer en la pobreza extrema debido a la respuesta del COVID, la pérdida de ingresos, los altos costos de bolsillo para la atención médica, la inseguridad alimentaria, el aumento de los niveles de desempleo y el menor nivel educativo será mayor. Todos ello, tendrán un efecto directo sobre la morbilidad y la mortalidad en todo el mundo a largo plazo2”.

En opinión de Olaiz Fernández, si no se realiza un trabajo conjunto entre comunidad médica, iniciativa privada, gobierno y sociedad para actuar hoy, la carga mundial de las ENT aumentará un 17% en 5 años, representado un riesgo para el crecimiento económico y el potencial de desarrollo de los países emergentes, sobre todo los de la región de Latinoamérica5 donde la probabilidad de fallecer por éstas es hasta cuatro veces superior que en las naciones desarrolladas.


El gerente general Upjohn Latinoamérica, Patrick Doyle, indicó que “la pandemia por COVID-19 tiene un gran impacto en nuestra región con más de 8 millones de casos confirmados y más de 300,000 muertes. Desafortunadamente, los pacientes con mayor riesgo de contraer el virus SARS-CoV-2, también tienen una alta vulnerabilidad de verse afectados por ENT, como enfermedades cardiovasculares o diabetes, no tratadas o abordadas inadecuadamente. Por ello, eventos como el de hoy son críticos para apoyar a nuestros sistemas de salud y a sus pacientes, al resaltar la importancia de diagnosticar y tratar estos padecimientos peligrosos para la vida. Necesitamos trabajar juntos para tomar acción y atender a nuestras regiones más afectadas, así como apoyar a los pacientes con mayor riesgo.

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