El estudio de mercado realizado por la firma de marketing y comunicaciones Sherlock Communications en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú señala que los peruanos y brasileños son los que más disfrutan de este tipo de pasatiempo.
La pandemia de la COVID-19 llevó a la industria de juegos de suerte y azar en Latinoamérica a experimentar cambios generalizados a medida que las empresas de apuestas migran a escenarios online y los casinos se ven obligados a cerrar sus puertas. Ahora, un nuevo informe de mercado sobre las perspectivas y prácticas de apuestas de la población en la región arroja nueva luz sobre el crecimiento presente y futuro de una industria que, se estima, abarca USD 5 mil millones en LATAM.
El estudio “Una gran apuesta: el mercado latinoamericano de apuestas en pleno desarrollo”, publicado por Sherlock Communications, analiza las seis principales economías de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú e incluye una encuesta realizada por la plataforma de investigación Toluna a más de 3.000 residentes en estos países.
Como promedio en los mercados analizados, uno de cada cuatro encuestados (25%) jamás haber participado de una apuesta, en el caso de Colombia ese porcentaje se encuentra en un 17% de los entrevistados. Así mismo, cerca del 39 % del total de los encuestados lo hicieron “unas pocas veces”; (en Colombia alrededor de un 41% expresó los mismo). También resalta que un 13% de los colombianos dice que solo lo ha hecho para eventos masivos y de gran envergadura como la Copa Mundial de fútbol.
En contraste a lo anterior, en Brasil y Perú el 18% señaló que apostaba una o más veces a la semana, lo que marca la mayor frecuencia entre los países latinoamericanos encuestados.
El informe deja claro que cada país debe ser analizado dentro de su propio contexto. Por ejemplo, los brasileños juegan más que en los demás países encuestados, pero en contraste, cerca del 20% de los encuestados allí, el doble que en Chile (10%) y cuatro veces más que México (5%), considera que el juego debería ser ilegal en ese país. En el caso de Colombia, un 82% considera que los juegos de azar deben estar regulados y ser legales.
"Nuestro informe muestra la necesidad -y de hecho el deseo- de regulaciones claras y concisas", dijo Patrick O'Neill, Managing Partner de Sherlock Communications. "Los países donde las apuestas no están reguladas son menos atractivos para las empresas internacionales, así como los más peligrosos para los consumidores".
El informe encontró que cuando se trata de seleccionar a un embajador de marca para ayudar a atraer clientes potenciales, los criterios varían de un mercado a otro. Así como en Colombia y Brasil se prefiere a un jugador profesional, los encuestados en Argentina, Chile, México y Perú creen que un presentador de televisión mejoraría el perfil de una casa de apuestas. Al menos uno de cada cinco encuestados considera que un futbolista es un embajador eficaz, en el caso de los colombianos se resalta que el éxito es más probable cuando se utiliza un ídolo local, mientras que en Perú prefieren una estrella internacional.
Los latinoamericanos encuestados están de acuerdo frente a lo que les ayudaría a decidir qué compañía de apuestas utilizar. Alrededor del 62% de todos los encuestados señaló a las apuestas gratuitas y a las ofertas especiales como el principal motivo para elegir una casa de apuestas. Solo en Colombia tiene mayor impacto un sistema de pago simple (60%) sobre las promociones atractivas para atraer clientes (58%). Un sitio web de fácil navegación y compatible con dispositivos móviles es otro criterio importante (55%), al igual que la posibilidad de tener soporte en el idioma local (39%).
En lo que respecta a los casinos, Brasil es el único país entre los encuestados donde no se permiten los establecimientos físicos, debido a que dicha legislación y aprobación están pendientes. Los encuestados brasileños consideran que, de aprobarse, podría ayudar a que la economía crezca (30%); a atraer más turistas y dinero (43%) y a generar empleos (40%). Sin embargo, también existen preocupaciones: cerca del 30% de los encuestados en la región cree que un casino puede aumentar la adicción al juego e incluso a la bebida. En Brasil, el 23% de quienes fueron parte del estudio también piensa que podría producir un aumento en el lavado de dinero.
En el caso de Colombia, con la pandemia, la actividad de los casinos se vio obligada a trasladarse netamente a entornos digitales, y a la fecha las ciudades están reactivando las actividades lentamente bajo estrictos protocolos de bioseguridad establecidos por la Federación Colombiana de Empresarios de Juegos de Suerte y Azar (Fecoljuegos). Entre los entrevistados, un 41% considera que el aporte del sector de los juegos de suerte y azar en Colombia podría ayudar al crecimiento de la economía y para un 57% traería oportunidades de empleo en un momento en el que la economía está fuertemente golpeada.
En materia de seguridad y legalidad, muy pocos encuestados en Colombia consideran que los juegos de azar pueden incentivar el lavado de activos (14%) o fomentar la criminalidad (6%), algo en lo que coinciden las entidades regulatorias como la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) que en los resultados de la Evaluación Nacional del Riesgo 2019, ubico al sector como uno de los menos vulnerables a los delitos de lavado de activos y financiación del terrorismo.
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