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Foto del escritorAlfonso Aya

La caída de las redes sociales arroja luz sobre sus efectos nocivos


La interrupción en el funcionamiento de Facebook, Instagram y Whatsapp, propiedad del conglomerado que lidera Mark Zuckerberg, puso al descubierto el problema de que una misma empresa posea las plataformas más usadas para la comunicación. Telescopio conversó con el psicólogo uruguayo Roberto Balaguer, especialista en ciberseguridad.


La caída mundial de Facebook, Whatsapp e Instagram por más de seis horas, a principios de octubre, como consecuencia de un cambio de configuración defectuoso, generó molestias y dudas sobre la concentración monopólica de las redes sociales.

"Nuestro estado basal es de conectividad, cuando salimos de eso, que fue lo que pasó hace algunos días, nos enfrenta a una situación para algunos conocida, porque tiene reminiscencias de situaciones analógicas del pasado (...) pero para otros es algo casi desconocido" dijo Balaguer.

El especialista sostuvo que el hecho "puso de manifiesto y desnudó la dependencia global que tenemos", ya que los usuarios vieron imposibilitadas sus vías de comunicación, y en muchos casos, su trabajo.

Además, la inactividad repercutió también en un "nivel intrapsíquico" dado que algunas personas desarrollaron un sentimiento de alivio, una sensación de libertad, otros pudieron tolerar los inconvenientes y esperar a que el servicio se reanudara y un tercer grupo sufrió un síndrome de abstinencia que los dejó sumidos en el vacío y en el aburrimiento.

La caída en cadena de las redes también resurgió debates sobre los riesgos que constituyen las plataformas para los usuarios.

Casos como el de Cambridge Analytica, donde una consultora estadounidense accedió a datos personales de 50 millones de usuarios de Facebook y los utilizó para influenciar a los votantes en las elecciones presidenciales de EEUU de 2016, denotan algunos de los riesgos a los que están expuestos los usuarios.

Sobre esto Balaguer sostuvo que si bien en ocasiones el componente tecnológico es el que falla, por lo general el componente humano es el que toma las decisiones, de conectarse o dejar de hacerlo.

Para el especialista debe apuntarse a fortalecer a las personas a ser buenos tomadores de decisión para minimizar la cantidad de riesgos.

Más allá de la filtración de datos personales, la violencia de las redes es otro de los grandes problemas. "Algoritmos han ido generando una polarización mayor y que es también otro error de diseño, otro error que se fue dando como para gratificar a los participantes de las redes, darles aquello que se suponían que esperaban y lo que terminó generando como efecto adverso y no deseado fue una mayor polarización y violencia", sostuvo. Balaguer considera que hay posibilidades de que las plataformas "cambien el rumbo" y asuman mayores responsabilidades a favor del bienestar de sus usuarios.

"Yo creo que, hasta por la propia supervivencia de las plataformas, va a haber algún giro", indicó a Telescopio.

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