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Foto del escritorAlfonso Aya

Pobreza extrema aumentará en varios países por altos costos de la pandemia advierte NU


La ONU alerta del costo de la pandemia en términos económicos y del aumento de la pobreza extrema. Según el organismo, habrá una pérdida de muchos avances logrados en educación y nutrición. Para reconstruir las economías más pobres tras la crisis, recomienda a los gobiernos mejorar sus programas sociales y las capacidades productivas.


Unos 207 millones de personas más quedarían por debajo del umbral de la pobreza debido a la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus. Así, el número de individuos que se encontrarían en esa situación para el 2030, llegaría a los 1.000 millones, según cálculos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Al igual que el PNUD, la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) publicó el 3 de diciembre un estudio que advierte del costo del COVID-19, especialmente para los países menos desarrollados, ya que tienen menos recursos financieros e institucionales para responder a este tipo de emergencias y al mismo tiempo alojan a más del 50% de la población mundial que se encuentra en condiciones de pobreza extrema.

Diez años de consecuencias Los respectivos informes de la organización mundial estiman que sólo en 2020 la cantidad de personas que viven con menos de 1,9 dólares al día aumentaría en 32 millones, lo que elevaría la tasa de pobreza del 32,5% al 35,7%.

La proyección más pesimista indica que el 80% de la crisis económica causada por el COVID-19 persistirá durante los próximos diez años debido a la pérdida de la productividad, lo que evitaría el regreso al curso de desarrollo observado antes de la pandemia.

La UNCTAD recuerda que el coronavirus ha afectado especialmente a los países menos desarrollados porque se trata de las economías más vulnerables del mundo. Los datos de la ONU indican que los 47 países menos desarrollados representan menos del 1,3% del PIB mundial pese a ser el hogar de 1.060 millones de personas. De acuerdo con la UNCTAD, en 2020 dichos estados tendrán su peor desarrollo económico en 30 años con una baja radical en sus ingresos, pérdida generalizada de empleos y déficits fiscales cada vez mayores. Eso revertirá años de progreso en la reducción de la pobreza, la nutrición y la educación.

¿Escenario evitable? Sin embargo, el PNUD considera que si se hacen una serie de inversiones orientadas al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el peor escenario podría evitarse y 146 millones de personas saldrían de la pobreza extrema.

Esas inversiones deberían centrarse en programas de protección y bienestar social, gobernanza, digitalización, y un cambio hacia la economía verde, así como en mejorar las capacidades productivas.

Con un plan de impulso a los Objetivos de Desarrollo también se disminuiría la brecha de pobreza de género y se reduciría en 74 millones el número de mujeres que viven en la pobreza, pese a los efectos del COVID-19.

"Como destaca esta nueva investigación sobre la pobreza, el COVID-19 es un punto de inflexión, y las decisiones que tomen los líderes ahora podrían llevar al mundo en direcciones muy diferentes", afirma el administrador del PNUD, Achim Steiner.

"Tenemos la oportunidad de invertir en una década de acción que no sólo ayude a las personas a recuperarse del COVID-19, sino que restablezca el camino al desarrollo de la gente y del planeta hacia un futuro más justo, resiliente y sostenible", añade. El estudio sugiere realizar cambios de comportamiento a través de estímulos para los gobiernos y para los ciudadanos; mejorar la eficacia y la eficiencia en la gobernanza; y cambiar los patrones de consumo de alimentos, energía y agua.

Además, las medidas propuestas se centran en la colaboración mundial para hacer frente al cambio climático, inversiones adicionales para la recuperación de la pandemia y la necesidad de un mejor acceso a la innovación tecnológica.

Transformación estructural Asimismo, la UNCTAD lucha por el desarrollo de políticas que vayan más allá de la protección a las personas y que propicien inversiones para corregir brechas de infraestructura y para apoyar una mayor creación de empleos.

"Las políticas audaces para fortalecer las capacidades productivas en los países menos desarrollados deberían ser un pilar de cualquier plan de recuperación de la pandemia y de las estrategias de desarrollo a largo plazo", opina Paul Akiwumi, director de la UNCTAD para África y los países menos desarrollados. El informe de la UNCTAD destaca que las naciones que han reducido sus niveles de vulnerabilidad económica mejoraron sus indicadores comerciales o de producción, como resultado de una mejor capacidad productiva, que ayuda a emprender una transformación estructural. Esto permite que los recursos productivos de un país, como la tierra, los recursos naturales, la mano de obra y los conocimientos técnicos, pasen de ser actividades económicas de baja productividad a actividades de alta productividad. Además, agrega la UNCTAD, es necesario que la revolución digital llegue a los países menos desarrollados, donde las tecnologías avanzadas son todavía muy incipientes y no hay la infraestructura ni la capacitación humana necesaria para operarlas.

Derechos humanos Hoy un grupo de 45 expertos de la ONU en derechos humanos abordaron el tema de la crisis provocada por el COVID-19 e instaron a los Estados a fortalecer y renovar su compromiso con el multilateralismo para derrotar la pandemia y detener esa reversión. En una declaración conjunta con motivo del 34º aniversario de la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, los relatores afirmaron que derrotar a la pandemia en un país puede ser el comienzo de una solución, pero enfatizaron que la recuperación sólo será eficaz si todos los Estados trabajan juntos con un espíritu de cooperación.

"La pandemia de COVID-19 se extendió por todo el mundo, afectando al norte y al sur, a las comunidades urbanas y rurales, cobrando un alto precio en vidas y medios de subsistencia. Se pierden vidas, los sistemas de salud están al límite, las oportunidades de educación han desaparecido, las empresas han cerrado", recordaron.

Los relatores añadieron que el desarrollo humano y económico se ha visto afectado en todos los aspectos y que la crisis de salud está lejos de terminar. Insistieron en que un enfoque fragmentado frente a la crisis es inadecuado y perjudicial para la salud y las economías. La ONU calificó el año 2021 de "catastrófico" en la lucha contra el hambre. La organización mundial advirtió que la pandemia de COVID-19 afecta los avances asociados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el marco de la presentación de su informe Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2020.

El coronavirus complica la situación alimentaria en varias regiones del mundo y pone en riesgo el objetivo de erradicar el hambre a nivel global para 2030. Esta meta ya parecía comprometida a principios de 2020. Con el estallido de la pandemia del COVID-19 la situación se agravó y ahora se estima que para 2030 la malnutrición podría afectar a más de 840 millones de personas.

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