La clave del éxito fue la combinación de un buen producto que soluciona un problema real, buenos números y un equipo eficaz y comprometido.
A mediados de 2020, Francisco Cornejo y Daniela Vega estaban en Ecuador, haciendo crecer su sueño de unir a las familias de todo el mundo a través de Storybook.
Conseguir inversión para acelerar el crecimiento que estaba en los planes, y el hecho de que todos los eventos para startups en Silicon Valley se hacían virtuales por la pandemia se convirtió en una oportunidad.
“Un amigo me recomendó Founder University, un programa online para emprendedores conducido por Jason Calacanis. Durante el programa hice un pitch de un minuto y me eligieron como la mejor presentación. Jason se interesó y nos ofrecieron un puesto en el programa de aceleración LAUNCH”, recuerda Cornejo. Así comenzaría un camino que los llevó a conseguir inversiones por 1,2 millones dólares, llevando la empresa a una valuación de ocho millones de dólares.
El inversionista Jason Calacanis entendió inmediatamente el valor de lo que ofrecía Storybook. Luego que Francisco le contó cómo crearon una aplicación inspirados en cómo los masajes infantiles transformaron su hora de dormir, su primera pregunta fue: “Pero, ¿vamos a ponerlos frente a una pantalla para que duerman?” Francisco le contó que Storybook no es para que los pequeños vean la pantalla. Ellos solo escuchan los cuentos y la música, mientras los padres ven en sus dispositivos las instrucciones para hacer los masajes.
Calacanis luego preguntó por la ciencia detrás de la propuesta de Storybook. Francisco le contó sobre cómo los estudios muestran que hacerles masajes a los niños aumentan la oxitocina (la hormona del amor) y reducen el cortisol (la hormona del estrés), Al inversor le sonó familiar: fue uno de los primeros que respaldó la app de meditación Calm, mostrando así su habilidad de ver cómo la tecnología puede ayudar a la gente a vivir más tranquila.
Pero esto es un negocio, y Calacanis sólo decidió invertir cuando vio los números. “Tenían un millón de descargas. Los números estaban bien. Me recordó un poco cuando invertimos en Calm, La gente me preguntaba si estaba loco, pero eso salió bien”.
Antes de eso, había un problema. “Lo primero que nos dijo Jason es que el diseño de nuestro pitch era horrible, que teníamos que mejorarlo”, recuerda Cornejo. “Eso nos impulsó a ser tan buenos como podríamos ser”. Para Calacanis, esa clase de feedback es parte de la vida diaria: “trato de ser constructivo cuando destruyo brutalmente a los emprendedores”, bromea.
Luego, vino la maratón de presentaciones a inversionistas que hacen parte del programa Launch Accelerator. “De repente, tener detrás el nombre de Jason nos hizo una startup interesante, que valía la pena examinar. Antes era muy difícil convencer a la gente a pesar de que teníamos los reviews de los usuarios y la evidencia científica”, dice.
La meta inicial de inversión eran 350.000 dólares, y lo consiguieron en las primeras nueve horas de la ronda de inversión. Al final, Storybook fue la segundo startup que más inversión consiguió en su cohorte de LAUNCH Accelerator, con más de un millón de dólares.
La experiencia validó la idea inicial de Francisco y Daniela, y les dio el impulso que necesitaban para crecer mucho más rápido. Ahora viene el reto más estimulante. Calacanis lo pone así: “van a trabajar tremendamente duro y van a lograr hacer 50 veces más dinero”.
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