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Foto del escritorAlfonso Aya

Talarían 800 hectáreas de selva para constuir la fase uno del Tren Maya


La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (Semarnat), autorizó al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) la construcción de obras y actividades de la fase 1 del Tren Maya.


Esta obra implica el cambio del uso de suelo en una superficie de 800,95 hectáreas de terrenos forestales, ubicados en los estados de Chiapas, Campeche, Tabasco y Yucatán. Según el documento resolutivo, emitido por la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA), esta autorización tiene una vigencia de tres años, lo que incluye un periodo de un año seis meses para la preparación del sitio y la rehabilitación e instalación de la vía férrea. Asimismo, la operación del proyecto por parte de Fonatur tiene una vigencia de 50 años.

El Impacto Ambiental de este tramo del Tren Maya, que correrá de Palenque, Chiapas a Izamal, Yucatán, fue entregado el 1 de diciembre, donde se establece que la pérdida de 800,95 hectáreas de cobertura vegetal "contribuirá a la emisión de carbono, considerado uno de los causantes del cambio climático".

Sin embargo, Semarnat justificó que el programa de reforestación y reubicación de especies en la región será suficiente para reparar "cualquier modificación al microclima" y las condiciones climáticas recuperen su estado original.

En el documento resolutivo, Semarnat también apunta "que el desarrollo del proyecto no compromete la integridad funcional de los ecosistemas presentes en el Sistema Ambiental Regional", por lo que consideró que no tendrá un impacto ambiental relevante o provocará un desequilibrio ecológico. Esta ruta abarca 631,25 kilómetros de vía férrea, donde transitará una locomotora de biodiesel híbrida, la cual tendrá una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora para pasajeros, y de 100 kilómetros por hora para carga.

Para obtener la autorización del cambio de uso de suelo, Fonatur deberá cumplir 16 condiciones, entre las que destaca dar seguimiento a los acuerdos resultantes de la Consulta Indígena llevada a cabo en 2019, presentar una propuesta de garantía previa al inicio de cualquier obra en las Áreas Naturales Protegidas Cañón del Usumacinta y la Reserva de la Biosfera Los Petenes, cercanas a la ruta del Tren Maya, así como desarrollar programas para el manejo, rescate y reubicación de la flora y fauna silvestre en la región.

El 26 de noviembre, representantes de comunidades mayas solicitaron formalmente a la Semarnat negar la autorización de Impacto Ambiental al primer tramo del Tren Maya, ya que el proyecto había sido presentado en forma fragmentada, lo que impide evaluar las afectaciones que este proyecto provocará en su conjunto.

"El proyecto Tren Maya no fue decidido por el pueblo maya, ni por otro pueblo indígena mexicano, sino que el nombre busca apropiarse de la denominación cultural indígena del pueblo maya, con el propósito de hacerlo más amigable", acusaron en un mensaje publicado en Facebook.

Asimismo, en junio Fonatur reconoció que, debido a que la zona donde se construirá el Tren Maya es amenazada constantemente por ciclones, el peligro de inundación del tramo 1 es de gran relevancia, debido a que "la topografía y red hidrológica propician el desarrollo de corrientes en las cuales, durante épocas de lluvia", afectarían esta ruta.

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